domingo, 28 de julio de 2013

Venció tres veces el cáncer. Hoy investiga para salvar otras vidas

A Gabriela Salinas Antezana no le importa sacrificar horas de su tiempo libre para seguir trabajando. Incluso en días feriados y fines de semana deja otras actividades para ir a Química, Biología y Terapéutica del hospital Saint Jude Children's Research, donde forma parte del equipo de investigadores que buscan combatir de manera eficaz enfermedades como la malaria y el cáncer.

En tres años que lleva allí, ya ha publicado tres informes en revistas especializadas y el próximo año espera realizar un doctorado que le permitirá abordar otros campos de la investigación científica. Su principal motivación es salvar vidas, en especial la de los niños que año tras año mueren por esos males.
Gabriela pudo ser una más de esas víctimas, ya que en tres ocasiones sufrió de cáncer, sin embargo sobrevivió a la enfermedad y ahora lucha contra ella desde los laboratorios.

Un hecho que conmovió al mundo
La vida de Gabriela dio un giro brusco y dramático a mediados de los años 90. Vivía en Tarija junto a sus padres (Omar Salinas y Jacqueline Antezana) y hermanos. Tenía apenas siete años y en uno de sus juegos se cayó y empezó a tener dolores cada vez más agudos en las piernas y la espalda.

Sin una respuesta de lo que le aquejaba, su padre, que era capitán de la Fuerza Aérea, decidió llevarla a Nueva York, donde residía una de sus hermanas. Allí los médicos le detectaron un tumor cancerígeno en la parte baja de la columna que fue diagnosticado como Sarcoma Ewing.

La enfermedad había avanzado rápidamente y a la pequeña le dieron solo nueve días de vida. En medio de ese drama el hospital Monte Sinaí se negó a aceptarla si antes no se hacía un pago de $us 250.000 de garantía para que le iniciaran el tratamiento. Era prácticamente imposible para su padre y familiares recolectar esa cantidad en tan corto tiempo y lo único que se esperaba era un trágico final.

Sin embargo, el destino quiso que el periodista del New York Times, Miguel Garcilazo fue­ra al restaurante donde trabajaba la tía de Gabriela. El hermano del periodista era asiduo al lugar y vio que la mujer, que siempre lo atendía, estaba llorando, le preguntó lo que le pasaba y ella le contó los problemas de su sobrina. Garcilazo se interesó en el tema y realizó un reportaje que el diario neoyorquino destacó en su primera página. Otros medios de comunicación estadounidenses y de diferentes partes del mundo se hicieron eco de la noticia.

Como a muchas personas, la historia de la niña conmovió a la actriz Marlo Thomas, hija del también actor Danny Thomas, que en los años 60 fundó el hospital Saint Jude Children's Research, para niños enfermos de cáncer. La actriz intercedió para que Gabriela sea llevada al hospital que se encuentra en la ciudad de Memphis, Tennesse y recibiera el tratamiento que necesitaba. Poco tiempo después su madre y sus hermanos se les unieron a ella y a su padre.

Otra tragedia
golpea a la familia
El14 de abril de 1997 Gabriela recibió uno de los golpes más duros de su vida. El au­to­mó­vil en el que via­ja­ba su familia de regreso de Was­hing­ton don­de fue­ron pa­ra ac­tua­li­zar sus pa­pe­les de re­si­den­cia, su­frió un ac­ci­den­te en el que fa­lle­cie­ron su padre y su hermana de ape­nas tres años. Los otros ni­ños (Alejandro y Omar) tu­vie­ron da­ños me­no­res, pe­ro Jac­que­li­ne se rom­pió la co­lum­na ver­te­bral en dos par­tes y es­tu­vo tres días en­tre la vi­da y la muer­te. Además estaba en riesgo la vida del bebé que esperaba.
Sin embargo, fue la fortaleza y valentía de Jacqueline las que contribuyeron a que se salvara el niño que esperaba y siguieran adelante, pese a que ella quedó postrada en una silla de ruedas.
Mientras su madre permanecía en el hospital, su abuela, Betty Reyes de Careaga, se hizo cargo de sus hermanos y el tratamiento de Gabriela siguió adelante con buenos resultados.
Fueron siete años en los que ella tuvo que someterse a tratamientos dolorosos que le dejaron como secuelas un riñón dañado que le fue extirpado y a tener que realizarse chequeos permanentes, luego de recibir terapias con radioactividad.

Nuevo reto, nueva lucha
A los 15 años cuando estaba a punto de ingresar a primero Medio, nuevamente le detectaron cáncer, esta vez era de tiroides. Gabriela debía enfrentar otra lucha contra la enfermedad.
El tratamiento no fue menos doloroso. Volvieron a aplicarle radioterapia, ya que las células cancerosas son muy sensibles a la radiación. “Lo que implicaba que tenía que estar aislada en un cuarto especial del hospital y solo podíamos verla por cinco minutos a mucha distancia y solo tres veces al día. No podíamos ni abrazarla ni acompañarla. Debía permanecer varios días totalmente sola hasta que vaya bajando la radiación en su cuerpo”, recuerda con tristeza Jacqueline.
Todo ese tiempo no pudo asistir a clases, pero no quiso quedarse rezagada y en el periodo de recuperación hacía sus tareas a través de la computadora y con el apoyo de los profesores que le envíaban el material de estudio y le tomaban examen vía internet. Así, pese a las dificultades, logró pasar de año. “Sin solicitar ningún tipo de consideración o tratos especiales que la eximieran de sus obligaciones de estudiante Gabriela terminó sus estudios Ella es una persona a la que le incomoda el hecho de que se pierda el tiempo de vida sin darle un sentido útil y disfrutarla al máximo, minuto a minuto”, cuenta Tatiana Zambrana, la mejor amiga de su madre y quien la ha visto crecer y afrontar todos los retos que le ha tocado vivir.

Orgullosos de ella
Las personas que la conocen dicen que una de las características más importantes de la personalidad de Gabriela es su tenacidad. Su gran espíritu de lucha para alcanzar los objetivos que se propone. Esa actitud le ayudó no solo para resistir los embates de la enfermedad y de los tratamientos, sino también para lograr su gran sueño. El trabajar en la búsqueda de curas contra enfermedades como el cáncer. “Crecí en el hospital, y todo el mundo de la ciencia siempre me interesó. Desde chiquita siempre le hacía preguntas a los doctores sobre lo que hacían.
En la Secundaria siempre tomaba las clases más difíciles de ciencias y en vacaciones, casi todos los veranos, los pasaba tomando cursos sobre Biología y Química”, recuerda Gabriela. Es así que ya antes de egresar de bachiller tenía claro lo que quería estudiar en la universidad.
Sin embargo, poco antes de salir de la secundaria lidió nuevamente con el cáncer de tiroides. Esta vez le pidió a los médicos iniciar el tratamiento después del acto de graduación.
A los 18 años otra vez tuvo que tomar fuerzas, armarse de valor y paciencia y encarar con serenidad la enfermedad.

Como en las anteriores ocasiones, logró superarla y dedicarse a sus estudios. En 2007 alcanzó una de sus metas, ya que egresó como Bioquímica de la universidad Christian Brothers, donde estudió becada gracias a sus buenas notas.

En el penúltimo año de universidad empezó a realizar pasantías en los laboratorios de Química y Biología en el hospital Saint Jude, donde, desde hace tres años ya es una de las investigadoras.

Actualmente está dedicada a la investigación de la malaria.
“La malaria me interesa mucho, porque es una enfermedad que mata a más de medio millón de personas al año y en el laboratorio estudiamos una molécula que puede ayudar a que las terapias para su curación sean más rápidas, ya que las medicinas que actualmente se utilizan actúan muy lentamente”, explica Gabriela.
En el laboratorio tenemos una molécula que está funcionando bien, pero hay que investigar más, los procesos son largos duran de 10 a 15 años y con esa molécula estamos recién siete años. Entonces estamos avanzando bastante rápido”, comenta Gabriela.
Semanas atrás, su jefe, el doctor Kip Guy, que está a cargo de un equipo de 140 personas, destacó la labor de Gabriela en un reportaje que le dedicó el canal WMC-TV de Missisipi.

También para el hospital Saint Jude Children's Research, Gabriela se ha convertido en un símbolo y un ejemplo de superación para los niños que atienden. Por ello es que le ha realizado un reconocimiento y se sienten orgullosos por lo que ha logrado a tan corta edad.

No menos orgullosa se siente Jacqueline de los logros de su hija: “Si ahora ella está sobresaliendo, es porque ha cambiado la tragedia que le tocó vivir por algo bueno y positivo. Además ella ama lo que hace”, dice sin esconder su emoción.

Gabriela no se conforma con lo que hasta ahora ha alcanzado y el próximo año realizará un doctorado, porque quiere seguir investigando para seguir luchando contra enfermedades como el cáncer y de esas luchas ella es una triunfadora.

SOLIDARIA Y APEGADA A LAS COSTUMBRES BOLIVIANAS
“Gabriela es una mujer muy especial, tiene una personalidad fuerte en el buen sentido de la palabra, una entereza impresionante, es práctica y directa acompañada de una voz delicada, un toque muy humano y tierno cuando es necesario”, la describe Tatiana Zambrana, que la vio crecer y ha estado muy cerca de la familia en los diversos momentos que le ha tocado vivir. Pero también Gabriela es una chica que dedica gran parte de su tiempo libre a trabajos de voluntariado, actividades que las realiza sin otra pretensión que ayudar a quienes sufren de la enfermedad que ella ha sufrido en distintas ocasiones. Hace un mes estuvo en un campamento para niños con cáncer y durante una semana ella trabajó como consejera de cuatro niños de 11 años.
También es parte del equipo Danny’s Dream Team que está integrado por más de una decena de personas que han sido pacientes del hospital Saint Jude y que participan en la maratones que recaudan fondos en favor de la institución que se mantiene en base a donaciones.
“Hemos recaudado $us 21.000”, dice Gabriela, que comenta que el nombre del equipo es en homenaje al desaparecido fundador del hospital Danny Thomas que decía que su sueño era que “ningún niño muera en el principio de su vida”
Gabriela disfruta también de la comida boliviana que habitualmente cocina su madre. Dice que su plato preferido es el majadito. Admite que le encanta visitar Bolivia y si bien le gusta escuchar todo tipo de música, las canciones de los Kjarkas son sus preferidas.





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