jueves, 11 de junio de 2015

Terapia combinada para el cáncer de mama

Un estudio clínico internacional constató que la incorporación de un nuevo fármaco al tratamiento estándar contra el cáncer de mama en fase inicial HER2 positivo antes de que las pacientes pasaran por el quirófano logró reducir en un 30% el riesgo de recaída.

El ensayo se presentó la semana pasada en la cuarta jornada del congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se celebró a principios de junio en Chicago y reunió a cerca de 30.000 médicos, investigadores y representantes de laboratorios de todo el mundo.

Se trata del anticuerpo monoclonal pertuzumab, que ya se utilizaba para controlar este tipo de cáncer (que supone entre el 15% y el 20% de los casos totales de tumores de mama) cuando se encontraba en fase avanzada.

Según los resultados del ensayo, en fase II, que cuenta, entre otros, con la participación de ocho hospitales españoles y 417 pacientes, el uso combinado de este anticuerpo con el tratamiento estándar consistente en quimioterapia y otra molécula, trastuzumab, antes de la cirugía reduce en mayor proporción el riesgo de recaída y de mortalidad de las enfermas.



El estudio

En concreto, el ensayo evaluó a los tres años tanto la supervivencia libre de progresión como la de libre de enfermedad de las mujeres y concluyó que aquellas en las que el tratamiento combinado previo a pasar por el quirófano contaba con pertuzumab redujeron en un 31 % su riesgo de recaer y de morir, frente a las que recibieron solo la terapia convencional.

Según destacó a un grupo de periodistas la doctora Ana Lluch, jefa de Oncología del Hospital Clínico de Valencia (España), el estudio mostró que las pacientes a las que no se les detectó tejido tumoral en la cirugía fueron, independientemente del tratamiento recibido, las que más posibilidades tenían de no recaer a los tres años.

No obstante, esta terapia consiguió la desaparición completa de la enfermedad en un 40 % de las pacientes en el momento de la cirugía, mientras que sin pertuzumab esa tasa bajó a la mitad.

“Esto es muy importante porque los tratamientos que hacemos antes de la cirugía en muy poco tiempo, máximo cinco o seis meses, nos puede decir el comportamiento que van a tener esas pacientes a lo largo de su vida y a los oncólogos nos da la base para decirle a la paciente sus posibilidades o no de curación”, subrayó la oncóloga.



Toxicidad

En cuanto a la toxicidad de esta terapia de doble bloqueo del tumor, Lluch aseguró que no tiene ninguna añadida a la ya existente, tampoco cardíaca.

Los buenos resultados iniciales del estudio publicados hace tres años permitieron que la Administración de Alimentos y Fármacos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) concediera en 2013 la aprobación acelerada del pertuzumab (de Roche) como terapia para combatir el cáncer de mama HER2 positivo en fase inicial y con alto riesgo de sufrir recaída.

La aprobación final del fármaco dependerá del estudio que ya está en marcha en fase III.

De las más de 400 mujeres que participaron en el estudio internacional, cerca de 70 eran españolas, según indicó Lluch a los periodistas.



Antecedentes familiares



Otro estudio sugiere que los antecedentes familiares en las mujeres jóvenes con cáncer mamario no reducirían la posibilidad de sobrevivir a la enfermedad.

Para el doctor Ramsey Cutress, coautor del estudio, los resultados deberían tranquilizar a las mujeres jóvenes con cáncer de pecho.

“No les debería preocupar que los antecedentes familiares interfieran en sus probabilidades de sobrevivir”, dijo Cutress, investigador de la Universidad de Southampton, Reino Unido.

El cáncer de mama es el cáncer más común en las mujeres, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, y afectará a una de cada nueve mujeres. El riesgo aumenta con la edad, de una de cada 227 a los 30 años a una década 26 a los 70 años.

Una mujer es más propensa a desarrollar cáncer mamario si a su madre, hermana o hija le diagnosticaron la enfermedad, en especial, antes de los 50 años.

El equipo de Cutress estudió a 2.850 mujeres jóvenes con cáncer mamario atendidas en 127 hospitales del Reino Unido entre el 2000 y el 2008; el seguimiento duró por lo menos seis años en la mitad de los casos. Dos tercios no tenían antecedentes de la enfermedad y la mitad tenía 36 años o más al inicio del estudio.

El principal objetivo del estudio era determinar si los antecedentes familiares influían en cuánto tiempo vivían las pacientes después del tratamiento sin que se agravara la enfermedad.

A los cinco años, el 77 por ciento de las mujeres con antecedentes familiares del cáncer y el 75 por ciento de las pacientes libres de esa historia no tenían síntomas. A los ocho años, las cifras, respectivamente, eran del 72 y el 69 %, según publican los autores en British Journal of Surgery. La diferencia es tan pequeña que podría atribuirse al azar.

Al revisar los datos de acuerdo con los tipos de tumores, el equipo detectó que los antecedentes familiares no modificaban la sobrevida libre de síntomas, sin importar si eran o no tumores dependientes del estrógeno para crecer.

Además, no hubo diferencia en la posibilidad de sobrevivir a la enfermedad entre las mujeres con o sin antecedentes familiares de cáncer mamario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario