domingo, 23 de agosto de 2015

Enfermos de cáncer gastan su patrimonio para el tratamiento

Desde hace medio año, doña Cristina Saca, de 55 años, ya no vende caldito de cordero y ají de panza en la Ceja de El Alto. De ganar cinco bolivianos por plato pasó a tener una deuda con el banco de 35.000 bolivianos para cancelar el tratamiento de cáncer de cuello uterino que le detectaron en noviembre de 2014. El día del diagnóstico la marcó de tal manera que siente "decepcionada” y "sin ganas de nada”.
"Nos hemos prestado del banco, hasta ahora debo. Cada mes tengo que pagar, durante dos años, 1.350 bolivianos”, comenta doña Cristina, mientras se lleva las manos a la cara para limpiarse las lágrimas. Como muchas personas con esta dolencia, ella ya realizó sesiones de quimioterapia, radioterapia y braquiterapia, aunque -confiesa- "al parecer no fue suficiente”.
Como doña Cristina, varias personas son las que padecen cáncer de cuello uterino y de mama -entre los más frecuentes- y que viven una odisea y hacen sacrificios para conseguir los recursos económicos para su tratamiento.
Estos sacrificios van desde sacar créditos bancarios hasta vender su ropa, pasando por la venta de terrenos, garrafas y cualquier otra posesión de valor. "He tenido que vender mis cosas. Para mi operación teníamos un poquito guardado, ahora ya no tenemos nada. Ahora he vendido mi garrafa, mi ropa. Bien barato quiere la gente”, afirma V. M. de 58 años.
A ella le detectaron cáncer de mama, en enero. "No quiero que me vean en el barrio, mis cabellos se están cayendo... salgo de mañanita y llego tarde en la noche”, expresa, mientras se acomoda el gorrito de jean que lleva.
Según el perfil de mortalidad por cáncer Bolivia 2013, de la Organización Panamericana de la Salud, se registraron alrededor de 3.955 muertes de mujeres por esta afección. Las causales más frecuentes de mortalidad son el cáncer de cuello uterino y de mama.
Cuando le detectaron cáncer de mamá a Delia Silva, hace un año, ella se dedicaba al comercio de abarrotes en su natal Riberalta (Beni). Esta madre de 31 años cuenta que hace un mes se vino a vivir a la urbe paceña junto a su hermana porque inició las 25 sesiones de radioterapia, de las cuales está en la duodécima.
"Harto dinero he gastado, más o menos son 30.000 bolivianos. He sacado un préstamo del banco sólo para curarme. Pago 1.600 bolivianos al mes”, relata Delia. Sentada en las afueras de la sala de radioterapia del Hospital de Clínicas, lamenta no poder trabajar de nuevo para reembolsar su deuda. De momento, paga cada cuota con lo que gana su esposo de taxista allá, en Riberalta.
Teresa Surco tiene 60 años y fue operada de un tumor de axila en 2013, luego de esperar seis meses por una cama libre. Ella y su esposo de 68 años viven en Ovejuyo, una zona en la cual es difícil conseguir transporte frecuente. Desde allí debe trasladarse casi a diario hasta el hospital de Miraflores para hacer sus controles rutinarios.
Ante la noticia de su dolencia y la carencia de recursos, Teresa tuvo que vender un terreno "a precio de gallina muerta”. "Hace tiempo tenía un terrenito en El Alto y eso lo hemos vendido para mi salud. De ocasión, bien barato lo hemos dado, 1.200 dólares nomás. Era de 300 metros. Ya no podía aguantar el dolor y era para que me operen. Mi tumor era grave, nadie nos quería prestar”, lamenta.
Teresa cuenta que al mes debe gastar 400 bolivianos sólo en medicamentos. Esta situación se mantendrá durante tres años. "Sino, otra vez va a volver, me dijeron”, comenta. Aún le faltan 24 meses de tratamiento en los que tendrá que gastar 9.600 bolivianos.
El padre de R.C. tiene 73 años y fue diagnosticado con cáncer en los ganglios en septiembre de 2014. En la actualidad, recibe tratamiento de radioterapia y está en la sesión número 15.
"Todos los hijos hemos hecho un aporte. Cada 21 días había que comprar los medicamentos para la quimioterapia. Las seis sesiones salieron 1.600 dólares. Pero no es sólo eso. Están los medicamentos”, relata, mientras atienden a su padre en Radiología.

Movilizados, los enfermos con cáncer exigen la compra de un acelerador lineal para su tratamiento en el Hospital de Clínicas. La Gobernación busca recursos y anuncia la realización de una teletón.

"Quisiera que el Gobierno se ponga la mano al pecho. Quisiera que sea gratuito. Todas las personas que estamos con cáncer necesitamos apoyo”
Delia Silva, de 31 años. Paciente con cáncer de mama.

"Quisiera que las autoridades nos ayuden con el acelerador lineal. Los medicamentos cuestan muy caros. Por semana se gastan 600 bolivianos”
Marisol Copa tiene 20 años y su madre tiene cáncer de cuello uterino.
"Hemos tenido que hacer mucho sacrificio porque tampoco tenemos por demás, pero sí hemos podido conseguir y ayudar a mi papá”

R.C., de 47 años. A su padre de 73 años le detectaron cáncer en los ganglios en septiembre del 2014.

Puntos de vista
Edwin Herrera (Sol.bo) Asambleísta departamental
"Hay que tratarlo integralmente”
Son historias muy tristes las que viven los pacientes que están enfrentando el cáncer. Lo que hay que hacer es tratar este tema de manera integral. Como Estado tenemos el enorme desafío de ver este tema desde una perspectiva integral que no sólo tiene que ver con el tratamiento del cáncer una vez que este se ha manifestado.
Hay que ver el tema de la alimentación, de la prevención de enfermedades que luego derivan en la manifestación del cáncer. En Bolivia no tenemos especialistas para tratar este tema y menos en tema de niños, adolecemos en tema de oncólogos pediatras. Lamentablemente se manifiesta con la gente más humilde.

Gustavo Torrico (MAS) Asambleísta Departamental
"Es muy triste este tema porque la gente sufre”
Es muy lamentable este tema porque la gente tiene que sufrir cuando está con uno de estos males, tanto cuando está con cáncer o con temas de riñón con hemodiálisis.
Considero que es un tema muy preocupante, que se lo debe encarar de una manera más frontal; no se lo puede hacer al calor político, como lo hace el gobernador (Félix Patzi). O prometiéndoles a los enfermos cualquier cosa con tal de quedar bien ante la prensa.
Cuando hubo la primera huelga, el gobernador fue a ofrecer que iba a comprar el acelerador lineal. En esos días creo que no tenía la idea de cuánto costaba, después salió diciendo que lo iba a poner en el presupuesto 2016.

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