domingo, 20 de diciembre de 2015

La Navidad anima y trae esperanza a niños con cáncer

A sus tres años, Iris Victoria F. está a punto de vencer una de las batallas más duras a la que se puede enfrentar cualquier persona: el cáncer. Disfruta de los primeros días fuera del hospital, lejos de las agujas y de los sueros.

Como toda niña de su edad se emociona con la Navidad y pide estar sana, que le regalen muñeca, pero también una cama que sea tan grande que pueda moverse y dar vueltas y vueltas sin temor a caerse. Su madre Lizzeth Sejas (26) lo toma con gracia y cree que es debido a que las camas del hospital son estrechas.

La pequeña, que estuvo internada en el Instituto Oncológico, también dice que quisiera dejar de usar barbijo para dormir y dejar de comer solo verduras cocidas.

Esmeralda R., de tres años, aún se recupera de un cuadro grave que la mantuvo en terapia intensiva durante ocho días. Hace poco más de un mes precisó de una segunda cirugía para extirparle el tumor que le apareció en el ojo izquierdo cuando tenía apenas seis meses.

El parche que le cubre el ojo la mantiene incómoda y su mamá María M. hace de todo para no verla llorar. Habla poco, pero al escuchar que se habla de la Navidad, sonríe y dice: “Quiero un vestido nuevo y que me quiten esto del ojo”.

Como ella, Óscar, de seis años, que lucha contra la leucemia desde hace dos años y que ahora está con tratamiento ambulatorio, pide que el Niño Dios lo cure para poder ir a la escuela, jugar como los demás niños y también pide un muñeco nuevo de John Cena, la figura de lucha libre, de quien es fanático.

Fortaleza de las madres
Las madres de estos niños también esperan que la Navidad les traiga el milagro de la cura para sus niños. Son mujeres de lucha, que no se paralizan ante la adversidad. Madres que tuvieron que rehacer sus vidas, empezar de cero, reacomodar prioridades para poder estar al lado de sus hijos, luchando en cada etapa del tratamiento, lo que implica desvelos, tocar puertas para recibir asistencia y darse tiempo para conseguir dinero para los remedios o exámenes que no siempre son cubiertos por el seguro o por el hospital.

Lizzeth, por ejemplo, reconoce que la enfermedad de su pequeña Iris Victoria marcó su vida. “Tenía un trabajo como secretaria y una vida normal, pero cuando supe que mi niña tenía leucemia fue como un sismo. Dejé mi empleo para estar al lado de ella. Gracias a Dios mis padres me han apoyado económicamente con lo que pueden”, afirma.

Campaña navideña
Lizzeth forma parte del grupo de madres que durante todo el año realizan manualidades como parte de la terapia ocupacional que brinda el Servicio de Pediatría del Oncológico a las progenitoras, cuyos hijos están en tratamiento contra el cáncer.

Es una forma de mantener la mente ocupada, pero también de conseguir algunos recursos para que ellas mismas puedan cubrir algunos de sus gastos, como pasaje y alimentación, dice la sicóloga Yenny Vargas, que las apoya.

A propósito de la Navidad, ahora están haciendo bolas navideñas y otros arreglos, que están a la venta. Para ayudar puede llamar al teléfono 770-81167

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