domingo, 27 de noviembre de 2016

Acaban primer centro para niños con cáncer

Hace más de tres años, Bismark Mamani Chambi empezaba su lucha contra la leucemia y, como la mayoría de los niños diagnosticados con cáncer en Cochabamba, recibía atención en un pasillo del hospital Manuel Ascencio Villarroel y la quimioterapia en unas gradas.

La directora del pabellón Oncopediátrico, Beatriz Salas, confirmó que el servicio comenzó a funcionar en 2009 con tres camas para internación y sin áreas de aislamiento. En este tiempo se han atendido a 304 pacientes, 38 están en tratamiento, 28 en vigilancia permanente, otros han fallecido. Luego se trasladó a dos salas.

Explicó que las dos habitaciones que ocupan son insuficientes. Dijo: “Si un niño se infecta, qué tenemos que hacer, internar al niño infectado y cerrar. Y ahí bloqueamos las dos camas. Qué sucede con el resto de los niños que deberían recibir quimioterapia, se quedan sin quimioterapia o si, digamos, hay un niño infectado y no tenemos cama, porque todas están ocupadas, éste no se puede internar”.

Esa realidad fue la que llamó la atención de la Fundación Telemaratón que, desde 2013, centró sus esfuerzos en cambiar las condiciones y dedicó tres de sus versiones a recaudar recursos para construir un pabellón Oncopediátrico en coordinación con la Fundación Oncofeliz.

Después de tres años, Bismark y otros pacientes están a punto de estrenar las nuevas instalaciones del Oncopediátrico, hecho con los aportes de la población y empresas.

La presidenta de la Fundación Telemaratón, Angélica Lazarte, expresó al anunciar la inauguración el 3 de diciembre: “Hemos logrado una hazaña, éste es un milagro, es un hecho inédito. Aquí en Bolivia nunca la ciudadanía había logrado lo que consiguió con la Telemaratón, cada centavo se ha invertido en un moderno pabellón”.

Afirmó que la única palabra para la población que hizo posible este hecho es “gracias”.

La directora del Oncopediátrico manifestó que el nuevo pabellón tiene ambientes para aislamiento de pacientes infectados, internación de quimioterapia normal y sala de quimioterapia ambulatoria.

“Esto quiere decir que los niños no van a estar en el pasillo, que los infectados van a estar en un lugar aislado para no contagiar y tampoco contagiarse, porque, cuando un niño está inmunodeprimido, hasta un resfrío, una diarrea, lo puede matar. No tenemos una cultura de estornudar y taparnos y eso puede matar al paciente”, dijo.

Añadió que, como en todo el mundo, los casos con cáncer han aumentado. “Es alarmante, creo que hoy en día tenemos un paciente por semana”. A ello se suma que muchos vienen de áreas rurales y de familias pobres que “muchas veces no tienen esa convicción de decir que el niño tiene posibilidades de salvarse; más bien, piensan que si tiene cáncer y se va a morir”.

Las estadísticas demuestran que el 50 por ciento de los niños están en vigilancia, “quiere decir que están curados”.

De acuerdo con Angélica Lazarte, el apoyo no puede terminar en la entrega del pabellón. “Nosotros hemos sido contundentes con las autoridades, esta obra no debió haberla hecho la gente. La población ha cumplido y ahora les toca cumplir a quienes toman las decisiones”.

Una muestra de que los niños necesitan más atención es Bismark, quien sufrió una recaída y requiere 23 ampollas de L-Asparaginasa (una enzima), cada una cuesta de 3 mil bolivianos y sólo hay en Argentina y México. Quienes deseen ayudar pueden comunicarse al 68481061.


El pabellón tiene 3 niveles y será entregado en diciembre

El primer pabellón oncopediátrico de Bolivia, construido con los aportes de la población, las empresas y las instituciones, consta de tres niveles y será entregado el 3 de diciembre por la Fundación Telemaratón. La cruzada solidaria dedicó tres versiones a recaudar recursos para esta causa.

En la primera planta de 605,66 metros cuadrados, existen 15 ambientes. Entre ellos de recepción y fichaje, sala de emergencias, enfermería, consultorios, farmacia, quimioterapia ambulatoria y gabinete de fisioterapia, apoyo pedagógico y trabajo social.

En el primer y segundo piso hay 13 instalaciones: sala de espera, cuatro salas de internación de tres camas cada una, enfermería para internaciones con campana de flujo laminar, cocina y comedor, depósitos y la oficina de la dirección.

La infraestructura de tres plantas y 1.246 metros cuadrados es parte del Complejo Hospitalario Viedma, se ubica en el antiguo hospital. La campaña comenzó en 2013 y se canalizó a través de la Fundación Oncofeliz, que gestionó y administró los recursos. Adquirió equipos y mobiliario. En los tres años se recaudaron 6 millones de bolivianos, gran parte a través de las alcancías.

FUNDACIÓN Y BENEFICIARIOS

ANGÉLICA LAZARTE, TELEMARATÓN

Todavía creo es un sueño y realmente ha costado mucho. Son muchas las personas que han estado detrás y de hecho la donación más importante ha sido la de la gente. No hay un ángel más grande: El cheque de la gente en las tres telemaratones ha estado entre 300 mil y 500 mil bolivianos. Tenía que ser un pequeño pabellón; no los tres niveles que tiene. Las circunstancias nos han llevado a construir esta infraestructura. Hay dos elementos para lograr este sueño, primero, que lo cochabambinos somos solidarios; es mentira que somos envidiosos. Y segundo la credibilidad para que la gente haya aportado.



BEATRIZ SALAS, DIRECTORA DE ONCOPEDIATRÍA

Es lamentable que Cochabamba no tenga un hospital pediátrico, es algo que nos debe llamar la atención. Todos hablan de salud pero nuestra realidad es muy dura. Ahora en este nuevo espacio tenemos ambientes de aislados, para niños infectados, tenemos ambientes para internación de quimioterapia normal, una sala para quimioterapia ambulatoria. Los niños ya no van a estar en el pasillo, los infectados van a estar en un lugar aislado para no contagiar y tampoco contagiarse. Cuando un niño está inmunodeprimido, un resfrío, una diarrea lo puede matar. No tenemos una cultura de estornudar y taparnos; eso puede matar a los niños con bajas defensas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario