lunes, 21 de octubre de 2013

Vencedoras del cáncer de mama

Cuando abrí el sobre y leí que tenía cáncer me desmoroné por un par de segundos, pero no me dejé caer, sufrí por el duro tratamiento, pero lo vencí. Este mal me lo detectaron hace tres años y aquí estoy firme y sé que tengo mucho por hacer todavía, como cuidar a mi esposo y ver los logros de mis hijos y nietos, nunca perdí la fe ni le reclamé a Dios por esto, lo asumí, me dolió el cuerpo mucho pero lo soporté", fueron las palabras de Cristina Rossell, una mujer de 58 años que de forma admirable y con mucha fortaleza, que siente, venció al cáncer que le quiso quitar la vida antes de tiempo. Este ejemplo de vida vale la pena contarlo hoy, que se celebra el Día Mundial de Lucha Contra el Cáncer de Mama, un mal silencioso que acaba con la vida de 24,57% por cada 100 mil mujeres anualmente en Bolivia.
Esta mujer, que cumplió con las visitas de rutina al médico, señala que si no fuera por la ayuda psicológica que recibió en la Fundación Refugio y los buenos médicos del hospital Oncológico, más el amor y apoyo de su familia, no hubiera sido posible salir adelante.

La vida es primero. “No hay plata que valga cuando se está enfermo, nosotros vendimos la casa para pagar el tratamiento porque es costoso, mi esposo dejó de trabajar para atenderme, cuando ya yo había cumplido con mis quimioterapias, él también enfermó de cáncer en el estómago", hace una pausa, se seca las lágrimas y continúa. "No podía derrumbarme y seguí adelante, vendimos el camión que era su herramienta de trabajo y aquí estamos ambos cuidando el uno del otro. Fue un tiempo de enfermedad, del perdón, porque el cambio fue total en mi vida, prendí a buscar a Dios junto a mi familia. Yo pido a todos hacerse los chequeos, el cáncer se combate a tiempo, se lo puede vencer", expresó la señora Cristina.

No a la vergüenza. Otra historia de vida es la de Lidia Moreno, “compañera de Cristina” como se dicen en la Fundación Refugio, donde reciben asistencia psicológica, es una mujer de 51 años, hace cuatro también le detectaron microcalcificaciones pequeñas en sus senos y que luego se confirmó que se trataba de este cáncer.

"Fue un shock fuerte porque no me lo esperaba fue un estudio rutinario porque yo aprovecho la campaña de Udime, me asusté, lloré pero no perdí el amor a Dios y sé que tengo un propósito en este mundo. Pido a las mujeres no tener vergüenza de mostrar su pecho a un médico porque pueden estar adelantando su muerte, deben cuidar su cuerpo su vida misma. Comer sano, llenar su mente y alma de esperanza y amor y creer en Dios son las únicas armas para vencer este mal", dijo con la voz segura de sí misma Lidia.

Para no creer. Otra similar historia de guerrera es la de Margarita, ella estaba en su oficina cuando un mareo casi la tumba de la silla, fue al doctor, se hizo un chequeo general y descubre que tenía cáncer de mama. "Se me cayó el cabello, usé pelucas, las quimio me dejaban muy mal y llegué a colocarme prótesis artesanales porque me hice sacar el pecho, ya han pasado seis años y estoy bien, lo triste fue que en su momento tenía que tener Bs 21 mil cada 15 días para la quimioterapia. Vendí todo, mis colegas y mi familia me ayudaron y aquí estoy aún viva", expresó Margarita.

Sus hijos son su aliento. Hace más de dos meses María sintió un fuerte dolor de espalda y sentía que sus senos le ardían. Ella está en proceso de aceptación del mal y asegura que ya no quiere morir. "Me dolía la espalda, el brazo izquierdo y el pecho derecho, me sentía, cansada, mareada no quería hacer nada, fui al doctor, quien palpó mis mamas pero no encontró nada, prácticamente le exigí que me dé la orden para una mamografía y fue allí donde detectaron que tenía una bolita cancerígena. Entré en una depresión terrible, lloraba delante de mis tres hijos y casi vuelvo loco a todos". Una amiga que es psicóloga nunca la abandonó y si no fuera por ella y su esposo, asegura que no hubiera resistido la primera quimioterapia. María se encuentra realizando su primera quimioterapia y conversa cerca de tres horas con su amiga la psicóloga. "No me voy a morir, no quiero morirme, me debo a mis hijas y este mal no me va vencer", se escucha con voz fuerte. Estas cuatro mujeres son ejemplos de la vida y fe ante este mal que amenaza.

Para saber

>>Asistencia.
La Fundación Refugio es una institución sin fines de lucro que ayuda a mujeres que tienen cáncer de mama.

>>Casos.
El segundo cáncer más recurrente en Bolivia es el cáncer de mama. En refugio por día se estima que tres pacientes son positivas de este mal.

>>Estudios.
Para detectar este mal es mediante radiografía y mamografía.

>>¿Tiene Cura?.
Detectado a tiempo sí es posible controlar la enfermedad.

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