martes, 11 de octubre de 2016

Contra el cáncer en sesiones de belleza

La sala de tratamiento ambulatorio luce llena. La gente va y viene afanada, como en un salón de belleza, entre secadoras de cabello, tijeras, sets de maquillaje, instrumentos para la manicure, cepillos, espejos… Pero esta no es una peluquería, sino el Departamento Integral de Oncología (DIO), que recibe gente de todo el país, especialmente de Potosí y de Cochabamba.

Mientras unas disfrutan de un concierto musical que se transmite por una pantalla plana de TV, otras están ocupadas peinando y maquillando, resaltando los rasgos más bonitos de un grupo de mujeres que, simultáneamente, charlan entre ellas y se ríen con alguna ocurrencia.

En esta singular reunión se puede distinguir la diferencia de edades, tonos de piel, condición social y ocupación, pero todas tienen algo común: el cáncer, esa enfermedad que asuela el planeta sin discriminación de países ni de ninguna naturaleza. Ellas, pese a esto, son unas guerreras que cada día plantan batalla contra lo que pareciera imposible.

Al final de la sesión de belleza, todas lucen sus peinados, pelucas y rostros esmaltados con una gran sonrisa. Quien las viera por primera vez, no podrían imaginarse que están enfermas… alguna de ellas da una pista de su condición con la gorra que lleva puesta, después de haber perdido la cabellera por la quimioterapia.

Así es que enfrentan su futuro este grupo de mujeres, participando de la magnífica idea del personal del DIO, denominada “Sigue siendo tú”, que se tradujo en maquillajes y peinados. Una manera delicada de levantar la autoestima.

“Es fundamental para una persona verse y sentirse bien a través de su arreglo personal, mucho más para los pacientes con cáncer. Cuando una persona se entera de que tiene un problema de salud de gran magnitud como es el cáncer se derrumba, el mundo se le cae y para él o ella empieza una vida de incertidumbre, de no saber qué pasará el día de mañana, de no tener una fecha de cuándo terminará todo eso y otras dudas”, explica a ECOS la especialista en oncología Maribel Mármol Casas.

¿Qué es el DIO?

El Departamento Integral de Oncología (DIO) depende del Servicio Departamental de Salud→ →(SEDES) de Chuquisaca, aunque funciona en el hospital Gastroenterológico de Sucre.

Su personal trabaja de manera personalizada y con medicina basada en la evidencia para mejorar la calidad de vida de estos pacientes. El 7 de octubre, cumplió un año de vida a la cabeza de la doctora Maribel Mármol Casas.

La especialista en oncología dice que el manejo terapéutico del cáncer y sus complicaciones requiere de una aproximación multidisciplinaria. Además, la complejidad de esta enfermedad exige de más conocimientos específicos; precisa de la colaboración de todas las unidades y especialidades de los centros médicos chuquisaqueños, así como de una subespecialización de los equipos multidisciplinarios.

“El avance positivo en la atención oncológica y en los tratamientos en los últimos años consiguió mejorar la calidad de vida de los pacientes y aumentar la supervivencia”, agrega la profesional.

Mármol ilustra que la oncología es una especialidad multidisciplinaria que incluye al apartado diagnóstico y terapéutico. “Un centro de nivel debe ofrecer los avances técnicos más recientes y permitir el acceso a los conocimientos más actualizados”, afirma después.

La fortaleza del DIO está en su personal y en la creación de los comités multidisciplinarios, que tratan las diferentes patologías evaluando cada caso de forma personalizada y con medicina basada en la evidencia para manejar con éxito a los pacientes.

“Tenemos muchos retos. Uno de ellos es contar con el servicio de radioterapia con tecnología de punta, como el acelerador lineal y la braquiterapia de alta tasa”, detalla.

El DIO, una esperanza

Jorge Sánchez, cirujano oncólogo con especialidad en cirugía de abdomen, es el coordinador quirúrgico del DIO. Cuenta a ECOS que el personal de esa institución experimenta cada día una serie de sentimientos encontrados al ver, por un lado, el dolor que sufren los pacientes junto con sus familiares, y por el otro tener jornadas felices por haber podido ayudar en la batalla diaria contra esa grave enfermedad.

“En el DIO, el personal logró conformar una unidad confortable; eso nos permite ir cada día con la energía necesaria y positiva para desarrollar un trabajo eficiente, para brindar al paciente un voto de esperanza con el fin de que pueda seguir luchando contra su mal, porque para muchas personas la palabra cáncer tiene significado de muerte y el DIO representa la esperanza para sobrevivir”, enfatiza el galeno.

“Estamos dispuestos a brindarles toda nuestra experiencia para darles la oportunidad de seguir viviendo y disfrutar de sus familias”, sentencia él.•

Paola Bustamante
(38 años, comerciante)
“Debo vivir por mi niño”

“Soy madre soltera con un hijo de 12 años, tengo cáncer de cuello uterino avanzado, según me dijeron; me sometí a seis tratamientos de quimioterapia porque debo vivir por mi niño. Ahora, mi caso será tratado por el comité, qué dirán… Yo pienso que Dios me dio una segunda oportunidad de vida.

El 17 de enero de este año tuve una hemorragia terrible, y así llegué al Hospital de la Mujer, una persona de Emergencias me avisó de mala manera que yo tenía cáncer. Para mí, esa noticia fue terrible, el cielo se me vino encima. No lo podía asimilar”.

Mariana Montiel
(42 años, emprendedora)
“Tengo que seguir adelante”

“Hace dos meses me diagnosticaron cáncer de mama. Cuando me enteré, lloré mucho, pero después… todo bien. Ahora estoy con la cuarta quimioterapia, que me provoca mucho malestar y me deja sin ganas, pero qué puedo hacer… tengo que seguir adelante, la vida continúa.

Estoy casada, tengo dos hijas: de 12 y 15 años. El dinero hace falta para cubrir las necesidades de ellas, tengo que seguir trabajando, preparando refrigerios. El cáncer afecta a cualquiera y a mí me tocó, qué voy hacer, el mundo no se acaba, hay que seguir luchando”.

Claudia Sanabria
(42 años, bio-farmacéutica)
“Dios me mantuvo con vida”

“En 2014 me diagnosticaron cáncer de mama y en mayo de este año terminé mis tratamientos de quimioterapia y radioterapia. Ahora sigo con un tratamiento ambulatorio solo con comprimidos, es mucho más llevadero y… bueno, ¡estoy acá con vida!

No tuve síntomas, solo unas punzaditas donde estaba el tumor. No había líquido o enrojecimiento. Pensé que todo era una broma o una equivocación, pero no fue así. A la fecha me siento bien: recuperé mi peso, me siento más optimista. Dios me mantuvo con vida seguro para cumplir una misión”.

Martha Sayague
(49 años, comerciante)
“Sí hay una esperanza”

“Me diagnosticaron cáncer de ovario en mayo de este año. Al principio pensé que me iba a morir; no es fácil recibir este tipo de noticias, pero me di cuenta de que sí hay una esperanza y me puse ciegamente en manos de Dios. Con la ayuda del DIO, de la doctora Mármol, de las licenciadas, y cuidando mi dieta supe sobrellevar mi enfermedad.

Me hice una cirugía para extirpar los ganglios y los ovarios, todo salió bien después de 16 sesiones de quimioterapia. Mi vida ha cambiado porque he puesto triste a mi familia. Con todo lo que me pasado, ha sido un golpe bajo”.

Juan Taboada
(23 años, estudiante)
“No puedo dejar mi lucha”

“Esta es mi penúltima sesión de quimioterapia, tengo cáncer de colon rectal. Las primeras sesiones fueron las peores, ahora me siento mejor. Mi personalidad siempre fue alegre y debo seguir así, no puedo dejar mi lucha. El apoyo que recibo de mi familia y de mis amigos es fundamental, me da fuerzas para seguir adelante; pero para mis padres, saber que su hijo tiene cáncer es devastador.

Estoy en tercer año de Odontología y trabajo como payaso, pero ahora no estoy yendo a la Universidad por mis tratamientos de quimioterapia”.

La experiencia del DIO en Sucre

Los principales tipos de cáncer que se atiende en el DIO son de mama, cérvix y tumores gastrointestinales.

Los pacientes que llegan del interior del país reciben albergue temporal. El primer paso que se da en el DIO es con trabajo social.

En el primer año de vida del DIO atendieron 368 nuevos casos de cáncer, 1.638 reconsultas, 79 interconsultas y 300 quimioterapias.

El cáncer no discrimina edad, estrato social, raza ni ocupación. Es como “una lotería negativa: al que le toca, le toca”, ejemplifica doctora Maribel Mármol Casas.

El tratamiento del cáncer es una tarea de la sociedad, no solo de las autoridades o los médicos. Todos, de alguna manera, tienen que aportar.

Es importante contar con un centro bien equipado y con el personal adecuado.

Una persona con cáncer necesita un soporte familiar.

El cáncer de cérvix es el único prevenible. Se desarrolló una vacuna para ese fin.

El cambio en el estilo de vida disparó los índices de cáncer en el mundo.

En la población boliviana generalmente el cáncer se detecta cuando está avanzado.

Se aconseja tener hábitos saludables y, si hay antecedentes de cáncer en la familia, acudir a lugares especializados para personalizar el seguimiento.

Está comprobado que el uso de aceite de oliva es muy beneficioso para la salud.

Cada plato de comida debe tener cinco porciones de verduras y frutas de diferentes colores.

Estudios comprobaron que hacer ejercicios reduce en un 40 % la posibilidad de tener cáncer de mama.

Se recomienda una dieta alimenticia variada y dejar de consumir gaseosas.

FUENTE: Oncóloga Maribel Mármol Casas

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