jueves, 5 de febrero de 2015

Diez falsos mitos sobre el cáncer

Pedro Aramburo y Rodrigo García-Alejo, del Instituto de Técnicas Avanzadas contra el Cáncer –iTAcC- de Madrid aclaran las falsas creencias que circulan en torno a algunas de las enfermedades más comunes.
1. “Me voy a morir”
Con los avances en el diagnóstico cada vez más temprano y en los nuevos tratamientos, el diagnóstico de cáncer no es una sentencia de muerte. La probabilidad de morir por cáncer en España antes de los 75 años es del 10 por ciento . Más de l.a mitad de los tumores se curan y, en el resto de casos, una amplia mayoría se convierten en una enfermedad crónica con una elevada calidad de vida. Hay tumores, como el de mama que es el tumor más frecuente en la mujer y uno de los cuatro más frecuentes en ambos sexos, en los que la tasa de curación alcanza el 98 por ciento si se diagnostica a tiempo.

2. El cáncer es una enfermedad
El cáncer no es una única enfermedad. Es un conjunto de más de un centenar de patologías que, en general, adoptan su nombre en función del órgano o tejido en el que se forman. Por lo tanto, no tenemos dos tumores ni dos cánceres iguales y los tratamientos varían en función de cada tipo, además de las características propias de cada paciente.
3.- Las tostadas quemadas aumentan el riesgo
El cáncer tiene un componente hereditario únicamente entre el 2 y el 5 por ciento de los casos y , en general, no hay una causa concreta que desencadene un cáncer, aunque sí existen factores de riesgo que debemos evitar, como el tabaquismo, el consumo habitual de alcohol, la ingesta de grasas saturadas o la exposición a elementos como el amianto o la radiación solar. La creencia de que tomar tostadas quemadas provoca cáncer no tiene una base porque, si bien el carboncillo tiene un componente cancerígeno, su consumo debería ser masivo para que se considerara factor de riesgo

4. “No podré tener hijos”
Durante el tratamiento de quimioterapia, en función de los fármacos que se hayan administrado, puede haber una disminución de la fertilidad y de la líbido, que en un alto porcentaje se recuperan un tiempo después del tratamiento.
• Fertilidad en el hombre: durante el tratamiento se produce una disminución en la cantidad y calidad de espermatozoides, que se recupera con el paso del tiempo
• Fertilidad en la mujer: sin embargo, la mujer tiene un número determinado de óvulos. En función de esta cantidad, de cuándo se inicie el tratamiento y del número de óvulos que se destruyan como consecuencia del tratamiento, la mujer sufrirá alteraciones en la regla, paréntesis en la menstruación o una menopausia anticipada.

5.- “Se me va a caer el pelo”
Estos son los mitos sobre los efectos secundarios del tratamiento:
Nos quedamos calvos: El pelo se cae en función del tratamiento y es siempre un efecto transitorio. La radioterapia no siempre se produce caída del cabello en la zona que se irradia del cráneo. Tampoco con quimioterapia: la caída del cabello dependerá de los fármacos que se administren. Este efecto secundario es propio de los taxanos y de los antraciclínicos («el líquido rojo»).
Voy a vomitar: Los vómitos son un efecto secundario de algunos fármacos que se administran en quimioterapia, pero actualmente se controlan con antieméticos y apoyo psicológico por parte de los profesionales de los Servicios de Oncología Médica.
Se me van a caer los dientes: Los dientes no se caen por la quimioterapia. Sí conviene hacer una revisión dental completa antes para hacer una limpieza profesional, tratar las caries y lesiones y así evitar medidas cruentas durante el tratamiento, ya que con la quimioterapia se produce un descenso de plaquetas y de leucocitos que incrementa el riesgo de infección y hemorragia
La quimioterapia oral es menos tóxica
Ni es más suave, ni es menos tóxica que la intravenosa, ni está indicada en todos los casos. Los efectos secundarios que pueda tener la quimioterapia, sea oral o sea intravenosa, van a depender de los fármacos que la componen. La forma farmacéutica (oral o intravenosa ) depende de la composición y su interacción con el organismo.

6. “No podré llevar una vida normal”
La gran mayoría de pacientes con cáncer siguen sus tratamientos y llevan una vida normal, incluso laboral. Tras una sesión de quimioterapia: el paciente puede incorporarse a su vida cotidiana al salir de la sesión. Tras una sesión de radioterapia, gracias a los aceleradores lineales de última generación han convertido en ambulantes técnicas de radioterapia que antes exigían un ingreso, como la radiocirugía cerebral.

7.Los marcadores tumorales sirven para diagnosticar un tumor
Los marcadores tumorales sirven para monitorizar la evolución de un tumor concreto. No están indicados como medida de despistaje: no todos los negativos ind”can que se esté libre de tumor, ni todos los positivos son indicativos de un cáncer

8. La radioterapia quema
La radioterapia no quema y no convierte al paciente en un agente radiactivo. Los nuevos aceleradores lineales destruyen los tumores con unos márgenes de seguridad prácticamente inexistentes por lo que no se dañan los tejidos sanos, reduciendo al mínimo los efectos secundarios. Y consiguen efectos equiparables a la cirugía, aunque el paciente tenga la sensación de que no se le ha quitado nada.

9. Después de un cáncer de mama no puedo usar anticonceptivos
Sí, después de un cáncer de mama puede y debe utilizar anticonceptivos aunque no pueden ser hormonales. La píldora está contraindicada. No lo están los anticonceptivos de barrera, como el preservativo o el DIU.

10. “Me protegeré con una dieta anticáncer”
Ni hay una dieta anti cáncer, ni hay una dieta que supla la baja de leucocitos que produce la quimioterapia. Los pacientes en tratamiento de cáncer, como el resto de la población, deben seguir una dieta equilibrada y variada que incluya frutas, hortalizas, carnes y pescados. Las oscilaciones de leucocitos y/o plaquetas se deben a los propios tratamientos y no a la alimentación.

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