martes, 2 de junio de 2015

Terapia combinada antes de la cirugía reduce riesgo de recaída en cáncer de mama

Un estudio clínico internacional constató que la incorporación de un nuevo fármaco al tratamiento estándar contra el cáncer de mama en fase inicial HER2 positivo antes de que las pacientes pasaran por el quirófano logró reducir en un 30 por ciento el riesgo de recaída.

El ensayo fue presentado en la cuarta jornada del congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se celebra hasta hoy en Chicago y reúne a cerca de 30.000 médicos, investigadores y representantes de laboratorios de todo el mundo.

Se trata del anticuerpo monoclonal pertuzumab, que ya se utilizaba para controlar este tipo de cáncer (que supone entre el 15 por ciento y el 20 por ciento de los casos totales de tumores de mama) cuando se encontraba en fase avanzada.

Según los resultados del ensayo, en fase II, que cuenta, entre otros, con la participación de ocho hospitales españoles y 417 pacientes, el uso combinado de este anticuerpo con el tratamiento estándar consistente en quimioterapia y otra molécula, trastuzumab, antes de la cirugía reduce en mayor proporción el riesgo de recaída y de mortalidad de las enfermas.

En concreto, el ensayo evaluó a los tres años tanto la supervivencia libre de progresión como la de libre de enfermedad de las mujeres y concluyó que aquellas en las que el tratamiento combinado previo a pasar por el quirófano contaba con pertuzumab redujeron en un 31 por ciento su riesgo de recaer y de morir, frente a las que recibieron sólo la terapia convencional.

Según destacó a un grupo de periodistas la doctora Ana Lluch, jefa de Oncología del Hospital Clínico de Valencia (España), el estudio mostró que las pacientes a las que no se les detectó tejido tumoral en la cirugía fueron, independientemente del tratamiento recibido, las que más posibilidades tenían de no recaer a los tres años.

No obstante, esta terapia consiguió la desaparición completa de la enfermedad en un 40 por ciento de las pacientes en el momento de la cirugía, mientras que sin pertuzumab esa tasa bajó a la mitad.

"Esto es muy importante porque los tratamientos que hacemos antes de la cirugía en muy poco tiempo, máximo cinco o seis meses, nos pueden decir el comportamiento que van a tener esas pacientes a lo largo de su vida y a los oncólogos nos da la base para decirle a la paciente sus posibilidades o no de curación", subrayó la oncóloga.

En cuanto a la toxicidad de esta terapia de doble bloqueo del tumor, Lluch aseguró que no tiene ninguna añadida a la ya existente, tampoco cardíaca.

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