martes, 2 de mayo de 2017

Cancerológico espera apoyo solidario entre necesidades



El Instituto Nacional de Cancerología "Cupertino Arteaga" (INCCA) se debate en el día a día de luchar contra el cáncer, el optimismo de pacientes de todo el país, las carencias de infraestructura y la falta de respuesta a sus necesidades básicas de funcionamiento.

Tres ambientes lóbregos para internación, radioterapia y administración, además de sus pasillos, son testigos mudos de los padecimientos de miles de personas –sobre todo mujeres– azotadas por cánceres de distintas variedades.

Historias desgarradoras, testimonios crudos y experiencias desconsoladas se funden con el optimismo de las autoridades y trabajadores del INCCA, esperanzados con el éxito que quieren alcanzar la próxima semana en la Teletón “Chuqui 10”, una campaña para recaudar $us 100 mil que serán destinados a la compra de una pastilla para la bomba de cobalto.

El Instituto diagnostica y trata todos los tipos de cáncer que existen en la “economía humana”, excepto aquellos que afectan a niños, porque no cuenta con ambientes ni personal especializado.

CORREO DEL SUR visitó ese centro de salud que parece aprisionado entre las cuatro paredes del tercer patio del hospital “Santa Bárbara” y recogió testimonios sobre el afán diario de pacientes diagnosticados con cáncer.

Además del difícil trance de vivir con el cáncer y luchar contra éste, los pacientes grafican las carencias detectadas.

Es el caso de Miriam Prado, quien afirma que “la máquina (de radioterapia) tiene bastante uso, en una oportunidad se ha arruinado; con la bendición de que no fue días, sino unas dos horas; los médicos hicieron su respectivo movimiento para hacer funcionar la máquina”.

TESTIMONIOS DE VIDA

Luisa Padilla es de Belisario Boeto (Chuquisaca), sufre de cáncer en el útero y visitó varios hospitales del país para descubrir su mal, recién este año.

“En febrero me han sacado análisis de sangre en Padilla, han mandado a La Paz y (el resultado) volvió en marzo; el 18 de marzo, en marzo me han entregado (el análisis), y recién me mandaron a Sucre, largo tiempo he esperado, de ahí he sabido que es cáncer, no sabía”, cuenta, al empezar a narrar su calvario.

“Andaba revotando de un hospital a otro hospital, pero me decían que era chagas avanzado. ‘Ya no tienes salud, ya va a reventar el corazón y vas a morir’ me han dicho en Serrano, en Santa Cruz me han dicho ‘Sólo tienes una piedra en el riñón, tienes que hacerte un trasplante de riñón’. Como no tengo plata moriré así”, detalla.

“'Ya no tienes cura', me dijeron, pero hasta ahora estoy viva. Tal vez sea un mes o dos meses, tal vez un año, pero hasta ahorita me siento bien, camino bien, gracias a Dios, he ido sanando”, confiesa Luisa.

Con el diagnóstico en manos, ella volvió al campo, donde –dice– se curó con yerbas. “En dos semanas estaba sanito mi riñón”, cuenta, aunque luego descubrirían que el dolor era en el útero. Actualmente, Padilla se encuentra en el albergue.

En cambio Miriam Prado sufre de cáncer de pelvis, llegó de Cochabamba en marzo para ser atendida en el Centro Oncológico de Sucre. La enfermedad se le presentó con sangrado, coágulos fuertes y luego dolores.

“Yo compraba toda la medicación, quimioterapia cobraban 260 bolivianos, para cada sesión, para radioterapia son Bs 80 que se cancela cada día; pero me pidió para cinco días cancelar, para no estar todos los días en caja”, sostiene Prado, al contar su afán en la Llajta.

Ya con todos los resultados de los exámenes, los médicos le aconsejaron trasladarse a Sucre para someterse al tratamiento en el INCCA.

Aquí, Prado pudo observar las necesidades del Instituto. “Aproximadamente hace dos semanas, pasó también (una falla en la máquina) y le dije (al doctor), no me voy a mover de aquí hasta que me termine de hacer la radioterapia. El médico empezó hacer a sus maniobras y la ha hecho funcionar, gracias a Dios”, cuenta Miriam.

Dice estar “muy agradecida con las personas que atienden estas enfermedades, el muy buen trato que dan todos los médicos y las enfermeras”.

NECESIDADES Y RETOS

Entre otras muchas necesidades, la principal demanda del Instituto –en voz de su Director, Roger Corrales–, es contar con una nueva infraestructura. “Precisamos un nuevo Centro Oncológico. Necesariamente este Instituto tiene que ir a otro lugar, con una nueva infraestructura, con una nueva tecnología. Nosotros no tenemos nada de lujo, todo esto es de hace 70 años”, dice enfáticamente.

El llamado de Corrales va dirigido a las autoridades. “Necesitamos que nuestras autoridades políticas, me refiero a la Gobernación, a la Alcaldía y por supuesto a la Universidad, tendrían que reunirse y pensar que Sucre no puede quedar sin un Centro Oncológico”, remarca.

No obstante, el INCCA sigue avanzando en su política de servicio a la sociedad. Para el mes que mañana comienza, mayo, está programada una campaña gratuita de detección de cáncer de cuello uterino, piel y próstata en Villazón (Potosí).

En Sucre, en el mes de junio, se iniciaría una campaña de diagnóstico de cáncer de cuello uterino, “si contamos con alguien que nos colabore en el laboratorio, posteriormente, vamos a arrancar con la campaña gratuita de detección del cáncer de la próstata”, anticipa el Director.

CASOS Y TIPOS DE CÁNCER

Según estadísticas oficiales del INCCA, en el decenio comprendido entre 2005 y 2015 hubo un ascenso notorio en los casos de detección y tratamiento de cáncer, aunque en la presente gestión se percibe una reducción.

Por su lugar de origen, el Instituto atiende más pacientes de Chuquisaca; de Potosí, en segundo lugar; y de Tarija, Santa Cruz y Cochabamba, aunque también de otras regiones en mínimas cantidades.

El año pasado el Centro Oncológico estuvo al borde del colapso y parado por casi cinco meses, debido a que la bomba de cobalto se averió; la situación tocó fondo y obligó a los pacientes a buscar atención en otras regiones, recuerda el Director.

Las enfermedades más frecuentes que se tratan en el INCCA son cáncer de cuello uterino, registrando un 40 por ciento aproximadamente del total; otros tipos de cáncer diagnosticados y tratados son el cáncer de piel y el de mama.

Si hablamos de los varones, el cáncer más frecuente tratado en el Instituto es el de la glándula prostática. “Después están todos los demás tipos de cáncer que existen en la economía, cáncer de estómago, linfomas”, afirma la autoridad.

Terreno

Susy Sandoval

Vicepresidenta fuluca

"Hasta ahora no hemos podido reunirnos con el Alcalde municipal para que se nos pueda dotar un terreno para construir este albergue, se necesita un brazo de apoyo hacia los enfermos oncológicos”.

Sanando

Luisa Padilla

paciente del INCCA

’Ya no tienes cura’, me dijeron, pero hasta ahora estoy viva. Tal vez sea un mes o dos meses, tal vez un año, pero hasta ahorita me siento bien, camino bien, gracias a Dios, he ido sanando”.

La Teletón

Roger Corrales

director del INCCA

Los fondos que se recauden serán utilizados íntegramente para el recambio de la fuente de cobalto o pastilla de cobalto, es lo que utilizamos nosotros para hacer el tratamiento del cáncer”.

Algo de la dilatada historia del Instituto

El Instituto Nacional de Cancerología “Cupertino Arteaga” fue creado el 27 de marzo de 1947 y este 2017 cumplió 70 años de trabajo ininterrumpido. En la gestión rectoral de Guillermo Francovich, aquellos años, se lo concibió como Instituto de Fisioterapia y Oncología para enfrentar el alto índice de cáncer de cuello uterino; se constituyó en el primer Instituto de Oncología del país, llegando a contar con el primer equipo de radioterapia externa de Bolivia, y convirtiéndose en un referente a escala nacional.

Lleva el nombre del Dr. José Cupertino Artega Calderón por ser éste uno de los médicos que contribuyó de manera eficaz en la fundación del Instituto Médico en Sucre y la formación de la Facultad de Medicina, siendo Catedrático en la Universidad de Chuquisaca, Senador de la República y Ministro Plenipotenciario en Gran Bretaña.

Con el paso del tiempo el INCCA quedó relegado en varios aspectos, al extremo que ahora hay hospitales de oncología que lo superan en infraestructura y tecnología, en otras regiones.

Teletón "Chuqui 10" en pos de recaudar $us 100 mil

En seis días más, el sábado 6 de mayo, el Instituto Nacional de Cancerología "Cupertino Arteaga" (INCCA), encabezará una cruzada solidaria para tocar los corazones de los chuquisaqueños y del país. La Teletón “Chuqui 10” pretende recaudar 100 mil dólares para comprar una pastilla de cobalto, elemento vital para el equipo de radioterapia.

En ambientes de la Casa de la Cultura Universitaria, con la actuación de grupos musicales y de baile de distintos géneros y la transmisión sostenida de TVU, la cruzada tiene en mente alcanzar su objetivo.

De 8:00 a 20:00, periodistas, animadores y figuras públicas llamarán a solidarizarse con el INCCA. Habrá recojo y recepción de aportes con latas-alcancías que recorrerán toda la ciudad. También serán rifados pasajes de avión, de la línea BoA.

“Los fondos que se recauden serán utilizados íntegramente para el recambio de la fuente de cobalto o pastilla de cobalto, es lo que utilizamos nosotros para hacer el tratamiento del cáncer”, expresa el director del Oncológico, Roger Corrales.

“Hemos mandado notas a todas las instituciones para que nos cooperen (también) a varias instituciones del interior del país, por ejemplo, para los residentes chuquisaqueños en Santa Cruz y los residentes chuquisaqueños en La Paz, quienes se están moviendo para recaudar fondos”, cuenta.

“Cuando termine esta actividad nos reuniremos con la prensa para decir ‘esto se ha recaudado’”, recalca, al anticipar que entregarán todo lo recaudo a la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, que a su vez deberá tramitar la compra de la pastilla de cobalto.

Este insumo tiene una vida útil de siete años, aunque la actual es usada hace nueve, por lo que debe ser cambiada.

“La bomba de cobalto emite una radiación que se utiliza para los tratamientos de todos los pacientes que tienen cáncer”, explica Corrales.

Para reunir los recursos económicos, personal del Cancerológico y decenas de jóvenes voluntarios se movilizarán por toda la ciudad; la tarea no será fácil, pues buscan sumar montos pequeños –de al menos Bs 10– para llegar a los $us 100 mil al final de la campaña.

Estos días, las personas interesadas en sumar sus aportes pueden llegar hasta el Cancerológico y depositar su ayuda en las latas habilitadas.

También se reciben depósitos en la cuenta 450-0827942 del Banco Nacional de Bolivia.

Casa-Albergue para los enfermos con cáncer en Sucre

La Fundación de Lucha contra el Cáncer (FULUCA) brinda en Sucre un lugar de acogida para personas con males oncológicos, donde pueden pernoctar mientras dura su tratamiento.

“Se vio la necesidad de que las personas que llegaban de provincias o de otros lugares del país, tuvieran la posibilidad de tener un espacio de descanso ya que es muy difícil buscar alojamiento más, y el problema era que algunas personas en los pasillos (del Instituto) se quedaban a dormir”, cuenta Susy Sandoval, vicepresidenta de FULUCA.

La casa de albergue, además brinda apoyo en el pago de tratamientos médicos “en casos críticos” y se da alimentación, “porque son caros (los tratamientos) y son casos críticos, nosotros, como Fundación, estamos cancelando las quimioterapias, las radioterapias”, indica Sandoval.

La casa-albergue empezó a funcionar hace 16 años, en un cuarto que contaba con cuatro camas; luego, gracias a la cooperación de una voluntaria extranjera, se logró un ambiente en anticrético y en la actualidad brinda servicios en un inmueble en el barrio Villa Charcas, con 22 camas para la ayuda a los enfermos con cáncer.

Sandoval relata que hay “casos muy duros de los que son jóvenes de 20 años a los 25 años con problemas muy duros, últimamente en esta temporada hemos tenido un joven de 22 años con un cáncer en rodilla, que sus familiares le han llevado ya a su lugar porque no había ninguna opción”.

La casa-albergue sostiene sus gastos con aportes de la población, prácticamente “sobrevenido” con una teletón que se hace cada año en el mes de octubre.

“Tenemos una enfermera permanente que eso también tengo que agradecer a un empresario que cancela este sueldo de esta enfermera que atiende ahí durante todo el día y en la noche, ella vive allá”, confiesa Sandoval.

Y cierra llamando, nuevamente, a la

población, que puede “apoyar directamente en el albergue con sábanas, utensilios, hay épocas que tenemos cinco pacientes pero hay otras que hay hasta 22 personas en el albergue”.

La meta de FULUCA es contar con la dotación de un terreno. “Hasta ahora no hemos podido reunirnos con el Alcalde municipal para que se nos pueda dotar un terreno (…) Necesitamos conseguir 200 a 300 metros cuadrados de superficie para poder construir este albergue, se necesita un brazo de apoyo hacia los enfermos oncológicos”, concluye.

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