El contar con un diagnóstico preciso es vital para la aplicación de un tratamiento personalizado para cada tipo de cáncer. Un centro de referencia a nivel latinomericano es la Fundación Arturo López Pérez (FALP) en Chile, que cuenta con especialistas capacitados en hospitales del primer mundo y cumplen con protocolos rigurosos para cada caso en particular.
“El Centro Oncológico, en convenio con hospitales de Estados Unidos, realiza una serie de estudios para evaluar las alteraciones que se producen en un tumor utilizando una tomografía con emisión de positrones (TEP), con el fin de conocer la actividad metabólica, que es fusionada con la parte anatómica y morfológica. De esa manera se obtiene un resultado específico para el diagnóstico”, explica el especialista chileno en radioterapia oncológica Milton Pérez Cantero, quien recientemente visitó Bolivia para dar una charla acerca de los “Avances en tratamientos de cáncer en Chile, con un enfoque radio-oncológico”.
Según el especialista, en el estudio las células cancerosas se observan como puntos brillantes en la TEP, que son muy útiles en los siguientes casos: detección del cáncer, descubrir si se ha diseminado y hallar alguna recurrencia.
Recordemos que el cáncer es un padecimiento que se produce cuando suceden cambios en un grupo de células normales del organismo, donde se genera un crecimiento anormal e incontrolado que da lugar a un tumor, con excepción de la leucemia que se presenta en la sangre.
En ese marco existen dos tipos de tumores: los benignos y los malignos. Los primeros no son cancerosos y muy rara vez suponen alguna amenaza. Suele crecer con lentitud y no se propagan. En cambio los segundos se desarrollan con rapidez, se diseminan y destruyen los tejidos vecinos, mediante un proceso conocido como metástasis.
TRATAMIENTOS
Para la aplicación de la radiocirugía se deben cumplir ciertos criterios mínimos como el tamaño, la ubicación y el tipo de tumor a tratar. “Este protocolo es fundamental para tomar la decisión de irradiar o no, porque muchos tumores no requieren de este procedimiento, por ello todo depende de realizar un diagnóstico específico y de la condición clínica del paciente”, explica el especialista.
“La radioterapia puede ser aplicada en pacientes con cáncer entre los 3 a 6 años de edad, si son menores a este rango no es recomendable, porque los niños a esa edad están en pleno desarrollo y esto puede repercutir negativamente. Pero de ahí en adelante pueden acceder hasta los 100 años o más, no hay límite de edad”, enfatiza Pérez Cantero.
El especialista recuerda que, cuando se aplicaba la técnica convencional en radioterapia, el tratamiento requería de 4 a 7 semanas, pero en la actualidad, con los nuevos equipos ese tiempo se ha reducido a 5 sesiones como máximo, dependiendo del tipo de cáncer que tenga el paciente, lo que sin duda contribuye a mejorar la calidad de vida del paciente.
ONCOGENÓMICA
Otra de las novedades que tiene la FALP es el estudio de la oncogenómica, referida al desarrollo y conocimiento de la genómica del cáncer, a partir de los datos obtenidos de perfiles moleculares, que permite una mejor clasificación (molecular) de los tumores, así como el desarrollo de nuevos fármacos para los tratamientos.
“La oncogenómica nos permite llevar a una unidad de asesoramiento genético un diagnóstico personalizado para aquellas personas que tengan un riesgo alto de patología neoplásica. Tenemos un cuadro de quienes se deberían hacer este tipo de análisis en pacientes menores a 50 años, en particular, en los casos de cáncer de mama, colorrectal, riñón, endometrio y ovarios”, explica Pérez.
Milton Pérez Cantero tiene amplia experiencia en el campo de radioterapia oncológica de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y es Magíster en Técnicas de Radioterapia Avanzada, de la Universidad de los Andes en Chile.
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